Bloque por el Socialismo Revolucionario

COMUNICADO PUBLICO



COMPAÑEROS DE LA IZQUIERDA
CHLENA

No cabe ninguna duda que el PC abandonó
las filas de la izquierda chilena para pasarse -con camas y petacas - a la
socialdemocracia, al campo de los socialistas que están por el capitalismo, a
los socialistas que se olvidaron del “pulpo imperialista” y que asumen
alegremente el rol de furgón de cola de la burguesía . Traicionan así a sus
bases, al pueblo comunista, a la JJCC y engañan a los trabajadores, traicionar a
los trabajadores.

Públicamente el PC ha abandonado el campo de los
trabajadores, para ponerse al servicio de la burguesía y del imperialismo, para
unirse al PS que ya nada tiene de socialista y que solamente busca sacar una
buena tajada de la Concertación – que perderá el control del Parlamento y del
Gobierno en las próximas elecciones. El PC quiere asumir el rol de furgón de
cola de la Concertación, de salvavidas.

El vacío en la izquierda
revolucionaria es evidente y dialécticamente debe ser llenado. Es la tarea de
los cientos de grupos de izquierda que hay en el país. Es el momento de lograr
la unificación de los revolucionarios, para frenar el remate del país y
reiniciar el camino al socialismo que Allende dejó inconcluso. Esta tarea
requerirá utilizar todas las formas de lucha, en todos los campos de batalla y
conformar una dirección revolucionaria unida y fuerte, que entregue dirección,
que levante un programa revolucionario para Chile. El espacio esta libre y hay
que llenarlo.

El Bloque Por El Socialismo convoca a todos los sectores de
izquierda revolucionaria y a las bases consecuentes del PS y del PC, a sumarse a
la construcción de una IZQUIERDA REVOLUCIONARIA CHILENA, que levante la banderas
de la lucha social y de la lucha de clases en Chile.

Dejemos que al PC
que se venda al reformismo socialdemócrata.
Dejemos que el PS que se pudra en
la servidumbre a la burguesía.

-- LLAMAMOS A LOS VERDADERAMENTE
REVOLUCIONARIOS PARA QUE SE A INTEGREN AL “BLOQUE POR EL
SOCIALISMO”


ECHEMOS LAS BASES DEL FRENTE UNICO REVOLUCIONARIO DE
CHILE

MARTÍN MOGAR
Vocero del Bloque por el Socialismo
--


EDITORIAL

El Bloque por el Socialismo Revolucionario es el vocero de quienes no han renegado del socialismo y que nada tienen en común con el amarillento socialismo de la Concertación, vendido al neoliberalismo. Pertenece a los verdaderos socialistas que siguen luchando para que los trabajadores lleguen al poder y con sus manos construyan el Socialismo. Pertenece a quienes todavía sueñan con la “Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina”.
El Bloque por el Socialismo Revolucionario, será la voz de quienes levantan las banderas del socialismo verdadero y se sumará a los esfuerzos para construir una una gran fuerza de izquierda verdadera
.

VALORANOS

FRENTE AL ASESINATO DE NUESTRO WEICHAFE, MATIAS KATRILEO

FRENTE AL ASESINATO DE NUESTRO WEICHAFE, MATIAS KATRILEO
VENCEREMOS

VINO VIEJO EN COPLA NUEVA

.
(Favor leer esto imaginando sonido de punteos de guitarra)

VINO VIEJO EN COPLA NUEVA

UN GUERRERO DESPIERTO
ARMADO DE IMPETUS NUEVOS.
ARMADO DE PALABRAS
CON EL ARMA DE LA IDEAS
VIEJOS ANDARES, SAVIA OBRERA
DESTINOS YA SABIDOS
VIEJO VINO EN COPLA NUEVA.
CON EL ARMA DE LA JUVENTUD
PARA SEMBRAR DE NUEVO
LO QUE PODRAN LEER OTROS OJOS
SIN LAS MISMAS TINIEBLAS.
CON EL ARMA DE LA PACIENCIA
PARA ARMAR EL TIEMPO DE COSECHA
CUANDO YA NADA TENGA SABOR
PARA DARLE DULZURA
HASTA A LA HIEDRA,
PARA CONVERTIR LOS VIENTOS
EN FUERZA A FAVOR
HACIENDO DE LOS OTOÑOS UNA PRIMAVERA.
PORQUE EN BLOQUE?
PORQUE SOCIALISTA?
PORQUE LA LUCHA SOLO TIENE SENTIDO
SI TRANSFORMAMOS LAS ARMAS
DE LA GUERRA EN HERRAMIENTAS
SI ATAJAMOS EL HAMBRE DEL NIÑO
SI ERRADICAMOS LA MISERIA.
HASTA CUANDO LA JUSTICIA SOCIAL
DEJE DE SER NUESTRA BANDERA.
PORQUE “SER JOVEN Y NO SER REVOLUCIONARIO
ES UNA CONTRADICCION”
¡AY!, QUE DE ALLENDE PALABRA SEÑERA.

GRUPO QUIEBRACANTO

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“¡Un ser humano política y socialmente consciente, y de espíritu libertario, siempre está listo a ofrendar su vida por las causas más bellas y justas!”.

NUESTROS PRINCIPIOS

NUESTROS PRINCIPIOS
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lucha de los trabajadores chilenos es la misma lucha de todos los trabajadores del mundo. Esta debe ser un combate sin descanso por la vida y la paz y contra la explotación capitalista

domingo, 9 de noviembre de 2008

Controversias sobre la Revolución


(enviado por el comité de formación del BLoque Socialista de Perú como instrumento para debatir la actualidad y el sentido de la revolución)

Al cabo de varios años de exclusiva atención en la democracia y el neoliberalismo, comienzan a reaparecer las discusiones sobre la revolución en América Latina. Los presagios derechistas sobre el fin de estas convulsiones han quedado opacados por la nueva oleada de rebeliones sociales, el retroceso político de los conservadores y las dificultades de intervención del imperialismo. El conformismo de los 90 choca con el ímpetu transformador que se verifica en varios países.



Las viejas presentaciones de la revolución cómo un acto conspirativo han sido reflotadas por la derecha, junto a las interpretaciones psicológicas de la insubordinación popular. Ambos enfoques omiten las motivaciones políticas de estos levantamientos. La simplificada identificación con el vandalismo o la frustración personal no explica el protagonismo de los sectores oprimidos más organizados, ni la vinculación de las grandes convulsiones con las crisis.



Las tesis gradualistas que asemejan la revolución con fiebres o tormentas desconocen el carácter social de este acontecimiento. Estiman que el capitalismo constituye la forma normal y eterna de funcionamiento de la sociedad e ignoran el sustento histórico de los mitos que generan las revoluciones.



La concepción marxista resalta el origen de las revoluciones contemporáneas en contradicciones objetivas del capitalismo y realza el papel de los sujetos sociales en su desarrollo. En cambio el estructuralismo presta escasa atención a ambos determinantes y focaliza su indagación en las rivalidades entre las elites nacionales. El primer enfoque distingue las revoluciones burguesas -que alumbraron el capitalismo- de las gestas socialistas, que buscan superar este sistema. Estudia los niveles de conciencia y radios geográficos diferenciados que caracterizan a ambos procesos. Al rechazar esta tipología, la segunda visión no logra esclarecer el sentido específico de cada levantamiento y levanta una barrera artificial entre las revoluciones clásicas y contemporáneas.



La aplicación del concepto revolución burguesa a América Latina permite comprender las razones de una dinámica histórica inconclusa. Esclarece las causas de un proceso fallido, luego de un éxito anticolonial temprano que fue sucedido por triunfos de las oligarquías y procesos de recolonización imperialista. La consolidación del capitalismo y el giro conservador de las clases dominantes agotaron la vigencia a la revolución burguesa desde principio del siglo XX.



Todas las revoluciones contemporáneas han sido nacionales, políticas, democráticas, agrarias o sociales. El cumplimiento pleno de estas metas induce a un curso anticapitalista, que las clases dominantes tienden a sofocar para desenvolver distintos modelos de acumulación. De esta frustración popular emergen diversas variantes de renovación de la opresión capitalista.



Un curso opuesto de radicalización socialista permitiría saldar las cuentas pendientes del pasado junto a una nueva construcción pos-capitalista. Es mucho más importante discutir estos senderos de emancipación que dirimir las eventuales opciones de desenvolvimiento burgués.







La revolución fue un tema de reflexión predominante en América Latina durante la mayor parte del siglo XX. Esta centralidad decayó abruptamente en los años 90 como consecuencia del colapso de la URSS, la expansión del constitucionalismo y el auge del neoliberalismo. En un clima de hegemonía del pensamiento conservador, la revolución fue expurgada del lenguaje político. Se convirtió en un concepto censurado en la academia, olvidado por los medios de comunicación y eludido por muchos intelectuales.



Esta proscripción ha quedado recientemente erosionada y el término ha sido reincorporado al léxico corriente de varios países. Tiene uso cotidiano en Venezuela, recuperó legitimidad en Bolivia, adopta referencias ciudadanas en Ecuador, motivó importantes controversias en Argentina durante sublevación del 2001 y persiste cómo un concepto central de la sociedad cubana.



La revolución es tema insoslayable si se busca esclarecer quién maneja el estado y no sólo quién preside un gobierno. Permite explicar cómo se obtiene, mantiene o pierde el poder. Su debate coloca las grandes disyuntivas estratégicas en el centro de la escena. ¿La revolución es necesaria, conveniente o factible en la actualidad? ¿Qué formas y variedades presenta en la era contemporánea? ¿Es un acontecimiento perimido o tenderá a irrumpir en el futuro?



La cruzada en América Latina



A principios de los años 90 los intelectuales alineados con el establishment recibieron con entusiasmo la "renuncia a la revolución" proclamada por varios líderes de la izquierda regional. Festejaron la "derrota sin clemencia" del socialismo y el abandono de este proyecto "como una etapa distinta de historia mundial". Presagiaron, además, que los triunfos del capitalismo, los éxitos de Estados Unidos y la declinación de rebeliones populares determinarían un "futuro sin marxistas"[3].



Estas caracterizaciones han quedado desmentidas por el curso de los acontecimientos. Desde principio de la década los derechistas han debido lidiar con la crisis del modelo neoliberal, el retroceso de los gobiernos conservadores y el resurgimiento de los levantamientos sociales.



Los defensores del status quo afrontan el fracaso del ALCA, el estancamiento de los tratados de libre comercio y la pérdida de iniciativa diplomática del Departamento de Estado. Sus elogios al neoliberalismo chocan con la crisis de las privatizaciones y los nefastos resultados de la desregulación.



Los apologistas del capitalismo anunciaron el fin de la protesta popular en coincidencia con el "caracazo" y poco antes del levantamiento zapatista. Anticiparon la pasividad de los oprimidos cuándo comenzaban las grandes rebeliones de Bolivia, Ecuador, Venezuela y Argentina. Estos desaciertos se han extendido a su celebración de un "futuro sin marxistas", que ha quedado opacada por la reciente reactivación del pensamiento de izquierda.



Los conservadores afirman que la revolución perdió sentido al extinguirse las esperanzas en un mundo mejor[4]. Pero esta percepción pesimista fue expuesta para avalar los viejos postulados reaccionarios. Afirmaron que el orden vigente es inmodificable, que el capitalismo perdurará hasta la eternidad y que los oprimidos se resignarán a padecer la injusticia. Fundamentaron estas tesis con argumentos antropológicos, consideraciones religiosas y creencias vulgares.



Pero esa mirada no sólo imposibilita el socialismo sino cualquier propuesta de cambio, ya que presupone la inmutabilidad del orden vigente. Semejante freno de la historia es tan ilusorio cómo el reciclaje interminable del capitalismo. Es mucho más utópico suponer que un régimen social puede auto-recrearse indefinidamente, que imaginar su reemplazo por algún otro sistema.



Objeciones primitivas



La crítica derechista a la revolución se inspira en viejas teorías conspirativas. Los villanos de la guerra fría (agitadores comunistas y soviéticos infiltrados) han sido reemplazados por terroristas y fundamentalistas, pero el libreto no ha cambiado. Los conservadores siempre perciben la mano de algún extremista en el estallido de cualquier convulsión, que contraponen con el espíritu moderado de los trabajadores.



Su paranoia se basa en un supuesto de estabilidad, normalidad y equilibrio del capitalismo. Suponen que este sistema es sólo perturbado por la acción de alguna fuerza exterior a la dinámica de este régimen y consideran que las sublevaciones son aberraciones ocasionales. Es evidente que esta mirada no puede aportar ninguna idea relevante al análisis de la revolución.



Otros autores derechistas atribuyen el descontento revolucionario al malestar que acumulan los individuos frente a una pesada carga de frustraciones. Recurren a un modelo volcánico de tensión creciente, para describir cómo el agravamiento de las desventuras personales genera rebeliones masivas[5].



Pero esta atención a las motivaciones individuales deja de lado las causas sociales que determinan la insubordinación popular. Las concepciones elitistas no indagan cómo la opresión de una minoría adinerada desata resistencias del grueso de la población, sino que reducen estas reacciones a una sumatoria de irritaciones particulares. Las contradicciones, los conflictos y las tensiones sociales son vistos a través de un microscopio que investiga el desamparo, la angustia o la desilusión personal.



Por ese camino la dinámica de la revolución resulta inexplicable, ya que los grandes acontecimientos sociales siguen un patrón de acción colectiva muy distinto al malestar o al despecho personal. La revolución es un enigma irresoluble para quiénes desconocen causas políticas y contextos históricos. Al ignorar estos determinantes establecen falsas analogías con el vandalismo o la violencia irracional. Nunca registran que cualquier revolución pone siempre en juego la legitimación de derechos y demandas populares.



Esta omisión de las motivaciones políticas impide explicar el liderazgo social de estos acontecimientos. Ese protagonismo no es habitualmente asumido por las principales víctimas de una injusticia, sino por los sectores con mayor capacidad de intervención política. El padecimiento extremo frecuentemente origina un grado de desesperación que conduce a la impotencia. Por esta razón los sectores explotados que encabezan las sublevaciones, no soportan habitualmente situaciones tan oprobiosas. La proporcionalidad entre sufrimiento y rebelión que imaginan los elitistas no se ha verificado nunca.



Las caracterizaciones derechistas más compasivas resaltan ciertas conexiones de las revoluciones con la pobreza. Pero suelen omitir que el rechazo de la desigualdad tiene una gravitación equivalente o superior en el desencadenamiento de esos estallidos. Estos levantamientos frecuentemente irrumpen cuándo se vulneran derechos ya conquistados, o se afianza la injusta distribución de los recursos existentes, es decir que estallan con antelación al agravamiento de la miseria. Las masas reaccionan contra una situación intolerable en función de su propia escala de valores. No existe un patrón que determine a priori, cuáles son las agresiones que desencadenan esa insubordinación[6].



Las revoluciones sólo pueden explicarse con criterios políticos. Las generalizaciones sociológicas que atribuyen su estallido al desconcierto provocado por la modernización o a la erosión de los valores tradicionales, no aclaran por qué razón estos alzamientos se verifican en ciertos lugares, países y coyunturas. Estos estallidos se consuman cuándo las transformaciones sociales socavan la autoridad de las clases dominantes, quiebran la hegemonía política de los poderosos, desatan crisis económicas de envergadura o acrecientan la organización de los explotados. Indagar estas condiciones histórico-políticas es la única forma de aproximarse al problema.



Cuestionamientos gradualistas



Algunos ideólogos conservadores estiman que las revoluciones son reminiscencias de un pasado preconstitucional, que han perdido vigencia con el fin de muchas monarquías y dictaduras. Pero las revueltas populares no han respetado - especialmente en América Latina- esta estricta separación entre formas tiránicas y republicanas. Los alzamientos registrados en la región confirman que las sublevaciones constituyen no sólo reacciones frente a regímenes políticos opresores. También son levantamientos contra los atropellos sociales, que genera el capitalismo y agravó el neoliberalismo.



Los teóricos del social-liberalismo ignoran estas tendencias y proclaman que la "revolución ha desparecido sin dejar rastros", en la nueva era de la globalización. Atribuyen esta declinación a la atenuación de los conflictos sociales y a la disipación de las enemistades políticas[7].



Pero cualquier vistazo a lo ocurrido en las últimas décadas desmiente esa percepción. Si se acepta que la revolución depende de contradicciones económicas irresueltas y de tensiones sociales acentuadas, es muy difícil cuestionar su vigencia bajo el capitalismo actual. Presenta nuevos ritmos, formas y localizaciones, pero no es sensato descartarla con argumentos de creciente convivencia entre adversarios.



Algunos pensadores también relativizan la importancia de la revolución en el pasado monárquico. Afirman que esos acontecimientos coronaron modificaciones ya perpetradas con antelación en forma pausada. Resaltan la continuidad de los procesos históricos y quitan trascendencia a los grandes giros históricos[8].



Pero si estos acontecimientos se limitaran a concluir una obra ya realizada carecerían de relevancia y serían olvidados. Perduran en la historia porque introducen fuertes virajes en evoluciones históricas incompletas u obstruidas. Las revoluciones estallan para resolver estas carencias. Son episodios traumáticos que aparecen frente a la subsistencia de problemas irresueltos. Su estallido nunca es arbitrario, puesto que irrumpen para suturar desarrollos inacabados.



La presentación de la revolución cómo un acontecimiento secundario de procesos ya consumados se apoya en criterios fatalistas. Supone que el desenvolvimiento histórico mantiene un patrón semejante en ausencia o presencia de esas irrupciones, desconociendo cómo estas eclosiones modifican el curso de los hechos. Las revoluciones no son inofensivas. Lejos de colocar un simple sello a configuraciones sociales ya definidas revierten ciertas tendencias y definen el resultado de grandes encrucijadas históricas.



Algunos autores estiman que la gravitación de las revoluciones ha sido exagerada, con su mistificación cómo momentos de iluminación del futuro. Partiendo de esta caracterización convocan a abandonar el "modelo jacobino" y la "centralidad ontológica", que tradicionalmente se le asignó a la revolución cómo instancia fundacional de la sociedad[9].



Pero con esta visión olvidan que el impacto legado por 1789 y 1917 no es arbitrario. Estos episodios condujeron respectivamente al predominio de la burguesía y al primer ensayo de construcción socialista. Por estas consecuencias de gran alcance impactaron en la memoria de muchas generaciones, mediante tradiciones que han resistido el paso del tiempo. Las figuras, héroes y conmemoraciones que generaron estos acontecimientos no son caprichos de la imaginación. Recuerdan hechos que trastocaron el destino de millones de individuos.



La alergia a la revolución impide comprender este impacto. Conduce a suponer que la influencia de estos episodios ha sido magnificada, cómo si la historia de las sociedades fuera un relato fraguado. Esta visión ignora a que algunos mitos persisten en la imaginación colectiva por su contacto con la realidad contemporánea. Frecuentemente las viejas revoluciones son conmemoradas por su relación con encrucijadas actuales.



El rechazo a la revolución se inspira en concepciones gradualistas, que resaltan la preeminencia de patrones de cambio histórico pausado. Este evolucionismo observa a esas convulsiones cómo momentos de obstrucción transitoria, que tienden a disiparse junto al reestablecimiento del equilibrio natural de la sociedad. La metáfora de la fiebre o de la tormenta es frecuentemente utilizada para describir estos desajustes temporarios.



Pero estas comparaciones olvidan que las enfermedades y los cataclismos climáticos no son equivalentes a las conmociones sociales. La acción humana racional tiene un papel mucho más significativo en este último tipo de irrupciones. Los derechistas no distinguen esas diferencias porque presuponen la salubridad natural del capitalismo. Por eso identifican a la revolución con un estado enfermizo. Más adecuado sería invertir la metáfora y observar a ese acontecimiento cómo un doloroso tratamiento que tiende a extirpar los padecimientos generados por la competencia, el beneficio y la explotación.



El gradualismo ignora la existencia de periódicas disrupciones en el desarrollo de las sociedades. Confunde el carácter infrecuente de las revoluciones con su invalidez y desconoce la función históricamente progresiva que han cumplido los sacudimientos, que allanaron el camino para remover regimenes políticos y sistemas sociales opresores.



Marxistas y estructuralistas



Tanto el marxismo como el estructuralismo estiman que las revoluciones son procesos histórico-sociales. Pero el primer enfoque atribuye ese estallido a la confluencia de contradicciones objetivas del capitalismo con intervenciones subjetivas de las masas, en ciertas condiciones, países y circunstancias. Considera que el resultado de esos episodios se dirime en un choque por el control del estado, que opone a las clases sociales en disputa por el poder. La revolución es un momento decisivo de procesos más prolongados, que definen quién orientará el desenvolvimiento de la sociedad[10].



La concepción estructuralista indaga la relación de las grandes revoluciones clásicas (Francia 1789, Rusia 1917, China 1949) con crisis políticas precipitadas por convulsiones externas y revueltas campesinas. Al igual que el marxismo polemiza con la descalificación derechista de estos episodios y objeta su reducción a motivaciones individuales[11].



Pero varias diferencias significativas separan a ambas concepciones. El estructuralismo focaliza la indagación en los aspectos objetivos e impersonales de las sublevaciones, en desmedro del rol jugado por los sujetos. Cuestiona el voluntarismo y la ingenuidad de los seguidores de Marx, que a su juicio dispensan excesiva atención al rol de los participantes en cada cambio revolucionario[12].



Pero esta objeción conduce a diluir la relevancia de estos actores, que se ha potenciado a medida que las revoluciones se transformaron en grandes acontecimientos de masas. Esta gravitación de los oprimidos se incrementó especialmente en el siglo XX, junto a irrupciones que expresaron proyectos políticos populares y formas de liderazgo u organización de los explotados.



El marco objetivo -que indaga el estructuralismo- sólo condiciona la posibilidad de las revoluciones. No define la concreción de estos acontecimientos, ni determina sus resultados. La voluntad, decisión, inclinación política o ideología de los sujetos actuantes imponen desenlaces muy diversos a esos episodios. El marxismo resalta esta centralidad, en su análisis de la revolución cómo un producto de la lucha de clases.



Este enfoque evita las limitaciones de la visión objetivista, que tiende a presentar a los artífices de las grandes convulsiones cómo ejecutantes pasivos de procesos ya predeterminados. La mirada estructural impide especialmente evaluar las luchas y los conflictos políticos de las revoluciones contemporáneas, que buscaron crear una sociedad liberada de la explotación y la desigualdad[13].



La visión marxista considera que la revolución es un alzamiento desde abajo, que se generaliza con la adopción de diversos métodos de lucha. Este tipo de levantamientos se ubica en las antípodas de los cambios administrados por los opresores desde la cúpula del estado, que frecuentemente han sido denominados "revoluciones por arriba". Este concepto alude a procesos de modernización política, desplazamiento de oligarquías o desarrollos industriales, que están sujetos a dinámicas muy distintas a cualquier revolución genuina.



Los marxistas identifican la revolución con el ingreso masivo de los explotados a la acción política directa. En cambio los estructuralistas indagan el origen de esos estallidos, en rivalidades militares que oponen a las grandes potencias. Estiman que la concurrencia de las elites nacionales por el dominio del planeta precipitaron esas convulsiones, al generar crisis, devastaciones o guerras.



Esta causalidad puede rastrearse en numerosas trayectorias, pero no ofrece una explicación general de las revoluciones. Ignora la especificidad de estos acontecimientos cómo extensiones de la protesta por abajo. En lugar de valorar esta acción, la visión estructural indaga el comportamiento de las elites y pierde de vista el sentido principal de estos episodios.



El marxismo subraya también el basamento de las revoluciones en crisis del capitalismo, que se dirimen en enfrentamientos entre clases sociales. Destaca que la transformación revolucionaria que acompañó al surgimiento de este sistema dejó atrás un patrón precedente de evolución más continua. Esa dinámica menos disruptiva marcó por ejemplo el paso de la esclavitud al feudalismo, que se consumó sin cortes históricos nítidos a través de la prolongada conversión de los dueños de esclavos en dominadores de siervos. Las invasiones, guerras y conflictos externos determinan en gran medida el resultado de los procesos precapitalistas, que no incluían revoluciones en el sentido contemporáneo del término.



La visión estructuralista comparte muchos aspectos de este enfoque, pero enfatiza otros rasgos. Destaca especialmente cómo las revoluciones se consumaron bajo el acicate de burocracias nacionales, que han rivalizado por la supremacía internacional. El rol de este segmento es realzado siguiendo una caracterización weberiana, que asocia la gravitación de estos funcionarios con la expansión de sus normas de gestión a todos los ámbitos y espacios de la sociedad[14].



Este enfoque divorcia el rol de la burocracia del comportamiento general de las clases dominantes. Ilustra acertadamente cómo la ambición de poder de los generales, administradores y gerentes desata conflictos internacionales que pueden desembocar en revoluciones. Pero omite considerar que estos procesos se desarrollan en concordancia con los objetivos de los industriales, terratenientes o banqueros que manejan los resortes económicos de cada país. Es cierto que las elites gobiernan con autonomía de los grandes propietarios de los medios de producción, pero siempre actúan en sintonía con sus intereses. Incluso los choques entre ambos sectores se desenvuelven en un marco de opresión común sobre los explotados.



La óptica estructuralista observa con detenimiento las tensiones por arriba, sin percibir las reacciones por abajo. Este abordaje deriva de una visión del estado como ámbito de competencia entre las elites, que no toma en cuenta la función opresiva de este organismo al servicio todos los dominadores. Al ignorar este contenido de clase, tampoco registra de qué forma la acción coercitiva de esta institución para beneficiar a los capitalistas, determina el estallido de las revoluciones sociales.



Una distinción esencial



El marxismo establece una diferencia central entre las revoluciones burguesas y socialistas. Mientras que el primer tipo de eclosiones apuntó entre los siglos XVII y XIX a forjar el capitalismo, la segunda modalidad de estallidos buscó a partir de entonces erigir regímenes igualitarios, mediante la implantación de la propiedad colectiva de los medios de producción.



Ambas revoluciones se han orientado al logro de metas significativamente distintas. Las revoluciones burguesas tendieron a renovar la dominación mediante cambios en la forma de explotación, pero sus equivalentes socialistas buscaron erradicar la opresión social. En este plano esencial 1789 difiere de 1917.



Los proyectos anticapitalistas exigen niveles más elevados de conciencia política y tienden a desenvolverse en un radio más vasto de acción geográfica. Mientras que las revoluciones burguesas tuvieron primacía nacional, sus pares socialistas presentan un alcance histórico mundial. En el primer caso se amoldaron a la formación de estados en países controlados por clases capitalistas y en la segunda variante han tendido a favorecer los intereses internacionales convergentes de todos los explotados[15].



Los estructuralistas objetan esta diferenciación entre revoluciones burguesas y socialistas, afirmando que no esclarece la especificidad de estos acontecimientos. Rechazan esa clasificación y propugnan el uso de otras categorías analíticas[16].



Pero al omitir esta distinción diluyen los propósitos históricos básicos de cada alzamiento. Ignoran que las revoluciones burguesas apuntaron a erigir el capitalismo y que sus contrapartes socialistas aspiraron a erradicar este sistema. Más allá del resultado de ambos procesos, esta diferencia constituye un punto de partida esencial para comprender las metas, los programas y los sujetos sociales que participan en cada revolución.



Algunos autores resaltan otras clasificaciones de la revolución para distinguir las formas de la acción colectiva, los contextos económicos de largo plazo, los patrones de acumulación o los marcos institucionales singulares[17].



Pero las precisiones que aportan estos elementos dependen de su incorporación a una diferenciación básica entre revoluciones burguesas y socialistas. Se puede recurrir a muchos criterios complementarios para ilustrar situaciones, comparar acontecimientos y explicar peculiaridades. Pero estos parámetros no aclaran cuáles son las fuerzas sociales que impulsan cada revolución, ni indican qué tipo de regímenes surgen de esas conmociones.



Esta carencia tampoco se supera con estudios detallados de las frecuencias o modalidades que asumieron las revoluciones. La exposición minuciosa de estos hechos acrecienta el conocimiento de los acontecimientos, pero no resuelve los dilemas conceptuales. Distinguir las revoluciones burguesas de las socialistas es la base de esta indagación. Ambos conceptos definen si la acumulación capitalista o la igualdad social real serán las metas de un alzamiento y si los dominadores o dominados serán los sujetos protagónicos de estos procesos.



El enfoque estructuralista tiende, por otra parte, a observar a las revoluciones como acontecimientos del pasado. Divide a la historia en un período de convulsiones clásicas (tres siglos) y otra fase contemporánea de levantamientos más inciertos. Cómo las explicaciones que aplica a la primera etapa no son proyectadas a la segunda, la consistencia general de toda la explicación queda muy resentida. Una interpretación de las revoluciones que congela la historia en dos bloques separados presenta evidentes lagunas[18].



Esa visión considera, además, que la revolución ha perdido actualidad cómo resultado de la autonomía creciente del estado frente a las convulsiones sociales. Remarca la capacidad de este organismo para amortiguar esos conflictos y estima que las elites contemporáneas han atenuado el peligro revolucionario, al acotar sus rivalidades militares. Pero olvida que esa eventual convivencia no elimina la causa perdurable de la revolución, que es la insatisfacción popular con el orden vigente.



Los marxistas analizan todas las revoluciones con la vista puesta en el futuro. Por esta razón prestan tanta atención a los éxitos, cómo a los fracasos, derrotas u oportunidades perdidas. El propósito es discutir siempre caminos hacia la emancipación social[19].



En cambio el enfoque estructuralista sólo contrasta las grandes revoluciones exitosas y fallidas, en función de su impacto sobre el desarrollo de las elites. Con esta intención compara las victorias (Francia 1789, Rusia 1917, China 1949), con los fracasos (Inglaterra, Japón, Alemania entre los siglos XVII y XIX). Realza, además, este contraste considerando un espectro fijo de causas y condicionamientos objetivos, sin notar cómo las revoluciones modifican estos contextos. Al identificar a las revoluciones con la desconexión funcional de un sistema sustrae a estos acontecimientos de la historia real.



Pero las debilidades del enfoque estructuralista también provienen de una postura metodológica, que sitúa al analista de la revolución cómo un observador imparcial y no comprometido con los sucesos que investiga. Desde ese sitial no se puede detectar lo que buscan, quieren o demandan los artífices populares de una gran convulsión social. El historiador siempre está involucrado con las implicancias políticas de los procesos que analiza y conviene plenamente asumir esas consecuencias.



El ejemplo latinoamericano



Las revoluciones burguesas y socialistas corresponden a épocas distintas y presentan peculiaridades regionales muy marcadas en el caso latinoamericano. El primer tipo de eclosiones surgió en esta región junto al movimiento independentista. Fue impulsada por una lucha contra el enemigo monárquico externo y no por batallas internas contra la nobleza. Este proceso comenzó con las guerras que doblegaron al colonialismo francés (1790-1824), español (1809-1824) y portugués (1817-1822) y continúo durante un siglo de enfrentamientos entre sectores conservadores y liberales. Esta segunda pugna concluyó a principio del siglo XX con la revolución mexicana.



La revolución burguesa no logró consumar -al cabo de esa prolongada etapa- las transformaciones políticas y sociales que caracterizaron a los procesos clásicos de Francia o Estados Unidos. El éxito temprano de la independencia permitió a Latinoamérica liberarse de la opresión colonial, cuándo el resto de periferia recién comenzaba a soportar esa sujeción. Pero esta conquista no alcanzó para impedir el sometimiento económico de la región a las grandes potencias.



Esta dependencia se afianzó con la generalización de los enclaves exportadores, que manejaron los terratenientes criollos en asociación con el capital extranjero. Con la consolidación de las haciendas, el despilfarro de las riquezas naturales, la sujeción financiera y la importación de manufacturas quedó sofocada la acumulación endógena, la industrialización y el desarrollo de los mercados internos. Estos bloqueos frustraron la concreción de las principales metas de la revolución burguesa.



Las guerras civiles post-coloniales reforzaron la configuración clasista oligárquica de toda la región. Especialmente el triunfo de las elites aristocráticas frente a los grupos liberales acentuó el poder de los terratenientes librecambistas hostiles al proteccionismo industrial. La revolución burguesa quedó a mitad de camino a partir de ese desenlace. Los sectores que promovían la distribución de las tierras, el uso productivo de la renta minera y el desarrollo manufacturero perdieron la partida. También fueron aplastados los movimientos localistas (Artigas, Gaspar Francia) opuestos a las sub-metrópolis regionales y las vertientes jacobinas (Moreno, Monteagudo, Sucre), que aparecieron en numerosas localidades.



Este ahogo obedeció en gran medida al pánico que exhibieron las elites criollas frente a la irrupción popular. Fue un temor muy visible desde el estallido de las primeras sublevaciones indígenas con demandas sociales (Tupac Amaru) y las grandes levantamientos autónomos de los oprimidos (cómo la insurrección de los esclavos en Haití). El conservatismo de las elites se acrecentó en proporción a estas experiencias plebeyas radicales[20].



La revolución burguesa desembocó durante el siglo XIX en dos procesos contradictorios de independencia nacional y atropello a los indígenas, negros y pobres. Junto a la revolución política se desenvolvió una contrarrevolución social, que colocó a las masas populares en una doble situación de protagonistas y víctimas de la lucha anticolonial.



Los esbozos de expansión capitalista competitiva y pujante quedaron obstruidos primero por la preeminencia oligárquica y posteriormente por la recolonización imperialista de Estados Unidos en Centroamérica y Gran Bretaña en el Cono Sur. Desde la segunda mitad del siglo XIX se consumó un importante avance de la apropiación foránea de los recursos naturales, que recortó drásticamente los márgenes de la independencia política.



La reocupación de territorios (Puerto Rico, Nicaragua, Haití, Panamá), captura de aduanas (Santo Domingo), manejo del petróleo (México), dominio de las minas (Perú, Bolivia, Chile), control de los ferrocarriles (Argentina, Uruguay) y subordinación financiera (Brasil) introdujeron nuevos impedimentos al desarrollo autónomo de América Latina. Esta sujeción externa no anuló la independencia formal de la zona, pero redujo significativamente su alcance real.



El período de la revolución burguesa quedó cerrado a principio del siglo XX, sin haber logrado gestar el ruralismo competitivo y la industrialización intensiva, que hubieran permitido un desarrollo acelerado y semejante al observado en Estados Unidos. Este curso no impidió, ni disuadió el avance del capitalismo, pero condujo a un desenvolvimiento desde arriba, basado en latifundios improductivos, crecimiento extensivo y escaso poder adquisitivo del grueso de la población. Por es vía se afianzó el encasillamiento de América Latina dentro del gran pelotón internacional de zonas periféricas.



Los pobres resultados de la revolución burguesa en América Latina explican esa inserción y la traumática modalidad que asumieron todas las crisis posteriores. Si el concepto de revolución burguesa es ignorado resulta muy difícil comprender este curso que ha seguido la región.



Fin de un período histórico



La mayor parte de las revoluciones burguesas en el mundo se agotaron a fines del siglo XIX. Desde ese momento el grueso de las clases capitalistas tendió a eludir los conflictos abiertos con sus viejos rivales de la nobleza por temor a los desbordes populares. Abandonaron el camino de 1789 y suscribieron compromisos con los terratenientes, los aristócratas y los monarcas, a fin de asegurar la estabilidad de la acumulación. La revolución burguesa perdió aplicación contemporánea[21].



Esta obsolescencia implica que el establecimiento del capitalismo -a partir de una ruptura radical con los regímenes precedentes- se transformó en un hecho del pasado. Con el afianzamiento de ese modo de producción se acrecentó la hostilidad de la burguesía hacia cualquier alteración abrupta del status quo. El temor al descontrol de las luchas sociales se convirtió en la preocupación central de todos los dominadores.



Este fin de la era burguesa revolucionaria coincidió en América Latina con la asociación de grupos industriales y terratenientes en la gestión de un nuevo modelo de dominación. Este giro no fue sin embargo percibido por los autores que continuaron postulando la vigencia de "revoluciones democrático-burguesas". Convocaron reiteradamente a consumar este tipo de levantamientos, sin registrar el carácter inadecuado de ese concepto para retratar a las revoluciones de la nueva centuria. Ignoraron el perfil ya hegemónico de los sistemas capitalistas vigentes en la región y la oposición frontal de la burguesía frente a cualquier levantamiento social.



Tanto la revolución mexicana (1910) cómo la boliviana (1952) se ubicaron fuera de la órbita burguesa. Las demandas sociales de los campesinos (México) o los obreros (Bolivia) y las banderas anti-oligárquicas y antiimperialistas planteadas en esos levantamientos estuvieron completamente alejadas del ciclo burgués[22].



La vieja revolución de las luces perdió sentido cómo peldaño del desarrollo capitalista y las clases dominantes optaron por distintas variantes de modernización basadas en la regimentación o el atropello de las demandas populares. Aprovecharon el reflujo o agotamiento de cualquier irrupción social para relanzar la acumulación y buscaron arremeter contra las masas, antes de inaugurar una etapa de inversión y crecimiento.



La primera variante se observó durante los distintos ensayos de desarrollistas de post-guerra y la segunda opción ha primado bajo el neoliberalismo. Es muy significativo lo ocurrido con Pinochet, ya que Chile ha sido el país latinoamericano que registró mayores transformaciones capitalistas en el último cuarto de siglo. En este caso el relanzamiento de la acumulación estuvo nítidamente asociado con una embestida reaccionaria. Todas las variantes de desarrollo capitalista actual excluyen a la revolución burguesa.



Variedad de revoluciones



El fin del primer ciclo histórico burgués no abrió una automática sucesión de convulsiones socialistas. Ninguna revolución estalló en el siglo XX persiguiendo objetivos inmediatos anticapitalistas.



Algunas sublevaciones apuntaron a eliminar la opresión colonial o imperialista y otras confrontaron con dictadores, para obtener libertades públicas y derechos constitucionales. Los levantamientos nacionales y políticos que empalmaron con exigencias agrarias de los campesinos, planteos laborales de los obreros o demandas reivindicativas de los oprimidos se transformaron en revoluciones sociales. En estos casos desbordaron la batalla contra el opresor extranjero o el tirano local y desafiaron potencialmente la propiedad de sectores capitalistas.



Los propósitos de todas las revoluciones contemporáneas han sido nacionales, políticos, democráticos, agrarios y sociales y en la batalla por imponer esas metas apareció la posibilidad de un tránsito al socialismo. Cuándo este avance quedó obturado se reinició la acumulación capitalista.



Todos los levantamientos en América Latina desde el comienzo de la centuria pasada irrumpieron desde abajo, con objetivos y demandas muy diversos. En su desarrollo tendieron a desembocar en cursos capitalistas o socialistas, en función del congelamiento o radicalización de esos planteos. En México y Bolivia predominó el primer camino y en Cuba el segundo.



En 1910-11 los campesinos mexicanos derrotaron a los latifundistas, pero no lograron imponer sus exigencias. En los años 30 reiniciaron la lucha con grandes victorias en el campo (y también en las ciudades), pero posteriormente sufrieron las consecuencias de una reversión conservadora. También en Bolivia se pasó de una gran victoria (1952) a un terrible desengaño, cuándo los nuevos gobernantes arremetieron contra las conquistas populares.



En Cuba prevaleció un curso opuesto y se iniciaron transformaciones anticapitalistas. Este rumbo apuntó a superar el atraso periférico, a través de una construcción pos-capitalista. Indicó que estas metas pueden ser encaradas en naciones económicamente subdesarrolladas, políticamente dependientes y militarmente custodiadas por el imperialismo norteamericano.



El dilema de optar por uno u otro curso se ha verificado no sólo en las grandes revoluciones exitosas (México, Bolivia, Cuba, y Nicaragua), sino también en los numerosos levantamientos derrotados, abortados o zanjados con empates y compromisos intermedios. Algunas insurrecciones populares fueron sofocadas en forma sangrienta (El Salvador en 1932, Guatemala en 1982-83) y otros alzamientos quedaron frustrados por la adversidad de las condiciones externas (Granada en los 80). Ciertas revoluciones frenaron al enemigo sin alcanzar la victoria (El Salvador en 1980-90) y otras incluyeron desenlaces cambiantes al cabo de prolongados períodos. En estos resultados siempre influyó la gravitación de estrategias políticas conservadoras o radicales, que alentaron rumbos de renovación capitalista o transformación socialista.



Esta variedad de resultados indica que las revoluciones contemporáneas presentan un perfil intermedio. Ya no son burguesas y tampoco se caracterizan por un debut socialista. El cariz nítidamente anticapitalista no se ha verificado en América Latina, ni ha sido visible en ninguna otra parte del planeta. Revoluciones socialista transparentemente puras no hubo en el pasado y es poco probable que se verifiquen en el futuro. El molde democrático, social, político, agrario y nacional constituye una marca dominante que tiende a persistir. La gran incógnita radica en su devenir, como desarrollos socialistas o cursos de reconstitución del capitalismo.



Opciones del futuro



La caracterización conservadora de las revoluciones cómo un acontecimiento del pasado quedó internacionalmente desmentida por las dos oleadas populares que coronaron el siglo XX. La primera secuencia sacudió especialmente a tres países, en regiones muy diferentes. En Portugal (1974), Nicaragua (1979) e Irán (1980) se registraron alzamientos democráticos victoriosos, que removieron dictaduras, dinastías y monarquías. Pero al cabo de tormentosos procesos sociales el capitalismo fue preservado. Este resultado dio lugar a un espectro muy diverso de expansión de los negocios, regresión productiva y crisis recurrentes, que ha desmentido a quiénes identifican la frustración socialista con el estancamiento. Esta variedad de desemboques ha dependido no sólo del desenlace final de cada convulsión, sino también de las relaciones internas entre las clases y del lugar que ocupa cada país en el mercado mundial.



En todos los casos se ha confirmado que la ausencia de resultados socialistas no implica parálisis económica, puesto que ese inmovilismo es incompatible con la dinámica competitiva de la acumulación. Lo que está en juego en cada revolución no es el crecimiento o la regresión económica posterior, sino quiénes serán los beneficiaros de uno u otro resultado. La permanencia del capitalismo asegura que estas ventajas serán acaparadas por viejos o nuevos acaudalados. Un sistema basado en la explotación siempre augura sufrimientos para los trabajadores y los oprimidos.



La segunda oleada popular que cerró la centuria pasada fueron los alzamientos que sacudieron a la URSS y Europa Oriental entre 1989 y 1991. También estas sublevaciones demostraron variedad de resultados pero en otro plano, ya que concluyeron en victorias democráticas y derrotas sociales. Las libertades constitucionales y los derechos políticos obtenidos por la población fueron acompañados por la apropiación privada de las grandes empresas.



Al frustrarse la renovación socialista, los viejos burócratas totalitarios se convirtieron en capitalistas y los nuevos sistemas políticos quedaron en manos de esos plutócratas. Se demostró que los objetivos políticos y el contenido social de las grandes irrupciones no transitan necesariamente por el mismo carril y pueden incluso recorrer senderos manifiestamente opuestos.



En el debut del siglo XXI América Latina se ha convertido en el nuevo foco de rebeliones contra el neoliberalismo y el imperialismo. Ya se verifican importantes derrotas políticas de la derecha que coexisten con demandas sociales y metas populares pendientes. La conversión de estos levantamientos en revoluciones y su desarrollo en un sentido socialista constituyen posibilidades abiertas, que pueden analizarse estudiando varias alternativas.

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RECORDANDO A LA UP Y A ALLENDE


Dr. Nicolás García Moreno (*)

1.- Al triunfar la UP en 1973 ya había comenzado a tambalearse la URSS, se agudizaba su crisis económica y tecnológica, y había aplastado con violencia los levantamientos en Hungría y Checoslovaquia. Había comenzado a disminuir la ayuda económica a Cuba y ésta había cesado de apoyar los movimientos guerrilleros en AL. La URSS no quería otros Vietnam ni otras Cubas que tener que apoyar económica y militarmente. Los primeros pasos de la globalización capitalista y el dominio de las transnacionales se crecía con fuerza. A la recuperación de Alemania se sumaba la unificación de Europa, el crecimiento de Japón y el despertar del gigante, la China de Mao.

2.- América Latina era el patio trasero de USA y no podía ser defendida por la URSS, se romperían las reglas de la guerra fría. La revolución cubana triunfó sin apoyo del comunismo internacional y con un PC cubano aliado de Batista, con una Central de Trabajadores controlada por el PC -- que nunca apoyó la guerrilla -- Solamente en la última fase guerrillera un grupo de comunistas (C.R.Rodriguez) abrió un frente en la sierra cercana a La Habana. Solamente varios años después del triunfo, la Cuba de Fidel obtuvo el reconocimiento del comunismo internacional como revolución socialista.

3.- El PCUS volvía a implantar férreamente su tradicional política del “Socialismo en un solo país”- ideada por Stalin, que alineaba a los PC de todo el mundo en una línea “Frentista” con las burguesías, contraria a cualquier intento de avanzar decididamente al Socialismo. Malo era entonces el panorama de la Unidad Popular para avanzar al Socialismo por la “vía chilena”. No tendría ni la más mínima ayuda exterior.

4.- Durante los tres años UP chocaron las líneas políticas del PS y del PC. El Frente de Trabajadores (PS) que planteaba el Socialismo para la presente generación, utilizando todas las vías de lucha -- y el Frentismo o Línea de la Revolución Democrático-Burguesa (PC) -- que después de la 2ª.guerra mundial se llamó Frentes Antifascistas y tuvo como aliado a USA. Esta lìnea planteaba el etapismo revolucionario. Posteriormente, en otros lugares, se llamó “Frentes de Liberación Nacional” y en China se conoció como Kuomintang, con el General Chang Kai Chek como figura central.

5.- El choque de las líneas PS y PC fue frontal y agrupó a las fuerzas menores: a) un sector mayoritario que agrupaba al PC y a otros, incluso a corrientes del PS -- a Allende en cierta medida – para ellos, la UP. no debía avanzar rápido, debía avanzar lento, no debía arriesgar un choque con la institucionalidad existente, no debía quebrar a la democracia burguesa. Si era necesario, debía llegar a un entendimiento político con la burguesía “progresista” -- claramente con la DC y grupos económicos afines -- Esta posición, llamada “reformista” por el MIR, creció después del Paro de Octubre (1972) y llevó a la devolución, en el verano de 1973, de cientos de empresas intervenidas.

8.- Otro sector -- mayoría del PS, parte del MAPU, parte de la IC y el MIR (no integrante UP) -- con oposición creciente dentro del PS -- planteaba que había que organizar el poder popular que nacía en los cordones industriales y en el seno de los trabajadores, por la inminencia de una definición revolucionaria o contra-revolucionaria del proceso. Este sector planteaba: a) Fortalecimiento del pueblo, del poder popular emergente.. b) Llamar a retiro a los militares golpistas, claramente identificados. c) Fuerte control de Carabineros, que mostraba alto porcentaje de oficiales, suboficiales y especialmente tropa, con abierta simpatía por la UP. Los nombres de los generales que respaldaban el proceso revolucionario los tenía Allende en su escritorio, pero nunca se decidió a nombrarlos.

9.- La correlación de fuerza dentro de la UP no cambió, no crecieron las fuerzas de los que planteaban avanzar sin transar --: a pesar:de lograr la UP el: 45% en Marzo de 1973 (parlamentarias), muy superior al 35% de Allende en 1970 -- Resultado extraordinario, por las colas por alimentos y las dificultades económicas agravadas por el bloqueo de USA a las exportaciones del cobre. No cambió la correlación de fuerzas dentro de la UP, a pesar del fracasado “tanquetazo” de Julio de 1973, que buscaba derribar al Gobierno. Al revés, se fortalecieron los que exigían frenar el proceso, se fortalecieron los reformistas del PS, y Allende no llamó a Plebiscito para quebrar a la burguesía insolentada, aunque la Constitución lo permitía.

10.- Tampoco había llamado a Plebiscito con el 50% logrado en Abril de (municipales), tampoco cuando huyeron los golpistas de Patria y Libertad al fracasar el Tanquetazo que promovieron. Se habría ganado cualquier Plebiscito, sin embargo, a pesar de las fuertes exigencias de la CP y del CC del PS -- que durante 3 años exigió un Plebiscito -- Allende optó por el entendimiento con la DC que exigía el retroceso total del Gobierno en la línea económica y frenar la Reforma Agraria. Finalmente, Allende rechazó las exigencia de Aylwin, pero no resolvió convocar a Plebiscito. El golpe militar estaba decidido y se produjo cuando Allende -- por fin -- se había decidido. Justamente el 11 de Septiembre de 1973 Allende había anunciado hacer un discurso en cadena nacional en la Universidad Técnica del Estado convocando a Plebiscito. Fue muy tarde.

11.- Las posiciones reformistas dentro de la UP y del PS pudieron más y desarmaron al pueblo, frenaron el poder popular, impusieron una ley de “control de armas” que llevó “entre gallos y media noche” al Congreso golpista, el ministro Tohá -- sin conocimiento de la CP del PS -- Esta ley sirvió para amedrentar a los trabajadores y preparar a las FF.AA. para el golpe. Los múltiples allanamientos a casas, fábricas y “tumbas de cementerios”, probaron qué oficiales y tropa estaban por el golpe y fueron sacando de los puestos de mando a quienes estaban por defender al gobierno legítimo.

12.- Los poderes fácticos estaban en contra de Allende: a) El Congreso controlado por la alianza Derecha-DC con Aylwin como presidente. b) La Corte Suprema “ciega” a los golpistas. c) Las FF.AA. controladas por los golpistas. d) La Prensa y los medios de comunicación igualmente. e) El Poder del Dinero volcado al golpe. f) El Imperialismo financiando generosamente. El único Poder que estaba en manos de la UP y de Allende desarrollar – el PODER POPÛLAR -- para aplastar a los golpistas, era un germen. LA UP Y ALLENDE, NUNCA LO QUISIERON DESARROLLAR ... LOS REVOLUCIONARIOS, FUERON INCAPACES DE DESARROLLARLO.
:

NOTAS Y CONCLUSIONES

1.- Desde el ascenso de la UP al Gobierno, el polo predominante en las relaciones PS-PC estuvo constituido por el PC, que hizo primar sus concepciones estratégicas. En el pasado, siempre el PS había sostenido con fuerza sus concepciones. Hay que reconocer, que un sector importante del PS profesaba abiertamente la política e ideología del PC.

2.- La UP, reunida el día del golpe, en una industria del cordón Vicuña Mackenna, resolvió no combatir y esperar el curso de los acontecimientos. El PC no concurrió a esta reunión. El MIR que sí asistía, se retiró anunciando que ellos sí combatirían.
-3- 3.- Después del golpe, el PC siguió planteando las mismas posiciones anteriores al golpe, sin rectificación alguna, formulando una política de coalición, o sea un Frente Antifascista con la burguesía “progresista”, coincidiendo así con la posterior postura de la DC. (la porfiada historia se repetía y se sigue repitiendo)-

4.- En el PS, el documento de Marzo del 74, del CC del interior, anunciaba (¡?) que: “el único partido de la clase obrera era el PC y que el PS – como partido no obrero – declaraba … que se dedicaría a fortalecer el trabajo y las posiciones políticas del PC “.

5.- En 1974 el PC declaraba que lo principal en la lucha en contra de la dictadura era “la recuperación de los derechos sindicales y en primer término el derecho a la huelga”. Poca importancia daban a la organización clandestina, a la resistencia, mucha a la “unidad de las fuerzas antifascistas, a los representantes progresistas y patriotas”.

6.- Cuba declaraba:“había decidido terminar con la ayuda a los guerrilleros em AL y concentrar sus esfuerzos para un cambio social en el Continente, a través de pacíficos canales políticos”. Habían cambiado las condiciones subjetivas y “la izquierda debía llegar a acuerdos con la DC, incluyendo al ex Presidente Frei”. “El Socialismo en AL no es para hoy”. Así. se desarmaba ideológicamente a las masas en todo el continente.

7.- El MIR en cambio, llamó a conformar un Movimiento de Resistencia Popular, basado en Comités de Resistencia. Este llamado encontró el apoyo político de otros sectores de la izquierda chilena, particularmente del PS (Coordinadora Nacional de Regional – CNR) y del MAPU..

8.- En Colonia Tovar (1975) Venezuela, se reunen los Socialistas (Rodríguez, Almeida y Lazo) con los DC (Fuentealba, Leighton, E.Tomic y J.G.Valdés), con los Radicales (Sule y Miranda), y acuerdan “un Frente común para restituir la libertad en Chile”. Marginan al PC y al MIR. Este acuerdo fue posteriormente rechazado por Aylwin desde Chile, afirmando que la DC estaba por un entendimiento con las FF.AA y con otras fuerzas políticas y sociales democráticas, para restituir la democracia.

9.- Sin embargo, lo propuesto en Colonia Tovar se fusionó con la propuesta de la DC del interior, para 13 años después dar paso a un Plebiscito (con el Visto Bueno de Washington siempre que se mantuviera el modelo impuesto por Pinochet). El Dictador pierde este Plebiscito, dando paso a la conformación de la Concertación, que gobierna hasta ahora con el aval del Tío SAM, el consenso con otras fuerzas “democráticas” (la Derecha) y con los sectores abiertamente reformistas y renovados (renegados) de la antigua UP. El PC quedó al margen de esta alianza y quedó fuera del sistema binominal, que cogobierna desde entonces el país, aunque seguiría porfiadamente buscando por todos los medios incorporarse al Gobierno, al Modelo y al Sistema. (?).


(*) Subsecretario de Gobierno en Comisión Política del PS (70-73)
Actual Secretario Político del PSR y del Bloque por el Socialismo

SALUDOS AL PUEBLO DE VENEZUELA

¡¡Arriba las palmas!! – y gritemos como nuestro el triunfo del compañero Chávez – el triunfo del pueblo de Bolívar – que consideramos un triunfo grandioso de todos los pobres de Indo América – de todos los explotados de América Morena – del proletariado del campo y la ciudad de nuestro Chile.

Compañero Chávez:
Es hora de construir un Partido Socialista Único y Unitario, Es la hora de marginar del pueblo de la Revolución a los reformistas enfermizos y a los vacilantes.

Es la hora de cuidar y defender la Revolución, por que una Revolución – cuando es verdadera – debe saber defenderse. -- no solo del enemigo conocid0 -- debe defenderse de lo “enemigos” que reman para atrás.

Saludamos este triunfo, que es el triunfo de todos los que aspiramos a construir una federación de repúblicas Socialistas de América Latina.

Gracias compañero Chávez, gracias compañeros Venezolanos por darnos esta alegría .
Se acerca el momento en que los verdaderos Socialistas avanzaremos unidos, tomados de las manos, hacia una sociedad sin explotadores ni explotados.

BLOQUE POR EL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO – (BxSR)-Chile
Nicolás García Moreno
Secretario Político

UN NUEVO ERROR DEL PARTIDO COMUNISTA CHILENO


Hace pocos días a propósito de los funerales deVolodiaTeitelboin Guillermo Teillier, Presidente del Partido Comunista, volvió a expresar sus esperanzas de que tanto la Concertación como Renovación Nacional
y su candidato presidencial Sebastián Piñera, abrirán nuevamente la discusión
para derogar la ley binominal, heredada de la dictadura y restablecer la proporcionalidad electoral.

De todos los sectores de la Izquierda, el Partido Comunista ha sido quien más consistentemente ha luchado por derogar esta
ley profundamente antidemocrática.
Esta aspiración de la dirección comunista
le llevó hace dos años a liquidar un promisorio proyecto unitario de la mayoría
de la Izquierda representado en Juntos Podemos y la candidatura de Tomás Hirsch.
Esta coalición de izquierda había aprobado en Diciembre del 2003 un documento
fundacional que junto a una profunda crítica a los gobiernos de la Concertación
por la aplicación de un modelo económico neoliberal que había sobre explotado a
los trabajadores, entregando recursos naturales y empresas estatales al dominio
del empresariado nacional y extranjero. Que había gobernado en favor de la
burguesía convirtiendo a los cuatro partidos gobernantes en partidos estatales
atravesados transversalmente por la corrupción y la manipulación electoralista
de las masas populares. Que había usufructuado del sistema binominal
traicionando así al término de la dictadura sus promesas electorales de
democratizar profundamente el Estado y luchar contra la impunidad de los
crímenes de la dictadura.

Esta crítica sistemática a la Concertación
excluía acuerdos con ella y privilegiaba un camino independiente de Juntos
Podemos.
Ello significaba que junto con medir las fuerzas que se agrupaban
tras la candidatura izquierdista, en caso de segunda vuelta electoral,
votaríamos nulo o en blanco no solo para expresar de que ni la derecha ni esta
seudo izquierda concertacionista representaba los intereses populares, sino
también para medir nuestro voto duro, la temperatura del sector más avanzado de
los trabajadores y otros sectores explotados o discriminados.

El PC y sus
aliados rompieron el pacto y negociaron con Michel Bachelet votar por ella a
cambio de una agenda de cuatro o cinco puntos que incluía principalmente el
compromiso de legislar para derogar la ley binominal.


Han pasado dos años y la ley binominal goza
de buena salud. La Concertación e incluso Piñera han hecho promesas que no se
han cumplido. Pese a que Teillier y Carmona han visitado La Moneda y se han
reunido numerosas veces con direcciones partidarias, comisiones de “estudio” y
han escuchado con esperanza las promesas de Piñera como líder más progresista de
la Derecha, todo este ajetreo parece terminar en la oferta de los Partidos de la
Concertación de llevar candidatos del PC en ciertos distritos electorales. Tal
fórmula implicaría según la ley electoral vigente que los militantes comunistas
deben renunciar a su militancia e inscribirse en algún partido
concertacionista.
Pero si la negociación original era derogar la ley
binominal y ahora solo se discute darle al PC una media docena de cupos dentro
de las filas de la Concertación, la degradación de los acuerdos tiene
implicaciones que van más allá del PC porque afectan al conjunto de la
Izquierda.


1. De concretarse un acuerdo en los términos
señalados, el PC liderando una parte de la Izquierda aparecerá como “coptado”
por la Concertación, lo que a los ojos de los trabajadores significará que una
parte de la Izquierda es co responsable de las políticas antiobreras y
represivas del gobierno.

2. Al votar por Bachelet, votos que
desempataron la elección, el PC tiene una cuota de responsabilidad en la
continuidad de los gobiernos concertacionistas. El argumento de la dirección
comunista de que esos apoyos eran para evitar un triunfo de la Derecha con todo
lo nefasto que eso sería para los trabajadores, esta vez pierde gran parte de su
validez porque aparece como un recurso electoralista para que los comunista
tengan una representación mínima en un parlamento que seguirá generándose sobre
bases excluyentes y antidemocráticas. Adicionalmente la represión y satanización
de la rebelión popular a manos del gobierno torna cada día más difícil
distinguir entre los palos bajo dictadura o bajo democracia.

3. Aunque la dirección comunista se justifique señalando que la representación parlamentaria de la Izquierda es “hacer política real” y representa un avance para los trabajadores, cabe preguntarse ¿ que independencia real tendrán esos parlamentarios comunistas que deberían sus curules a estos acuerdos cupulares y no a la lucha de masas que impulse candidaturas independientes de la Izquierda dotadas de programas anticapitalistas y por el socialismo?
4. Tampoco la dirección comunista podría argumentar que la “vía independiente” de la Izquierda no ha dado resultado en 17 años de Concertación con el MDP, Gladys Marín y ahora Tomás Hirsch. No hay que
hacer un sesudo análisis marxista para darse cuenta que en “ese pasado” la Concertación tenía fuerza y vigencia. Ni la Derecha ni la Izquierda podían meterle diente. Pero vientos de cambio soplan en el mundo: El modelo neoliberal de acumulación del capital muestra graves signos de agotamiento en el continente
y en el mundo. El mundo unipolar nacido de la caída de la Unión Soviética ha dado paso al surgimiento de otros poderes emergentes (China, India, Rusia, Irán, Brasil, Venezuela). El déficit comercial y financiero del Imperio, su entrampamiento en las guerras por el petróleo, la crisis sub prime y la caída de
la demanda agregada como resultado del neoliberalismo que ha impuesto una sobreexplotación universal del trabajo asalariado que prolonga y dificulta cada vez más las recuperaciones de las recesiones de la economía capitalista, son
factores que han ido sacando al movimiento de masas en todo el mundo de su profunda inercia. En “el patio trasero del imperio” los trabajadores, los pueblos originarios, los sin tierra, los sin casa, los marginados, las mujeres y una nueva generación de jóvenes empiezan a mover el piso del imperio y sus burguesías lacayas.

5. No es desconocido para la dirección comunista que estos vientos de cambio han llegado a Chile. Mejor dicho han encontrado aquí una resonancia en un sindicalismo cada día más clasista y combativo y en una nación mapuche donde la conciencia de pueblo avasallado crece y se extiende como reguero de pólvora. La Concertación está en crisis. Es un proyecto agotado del cual huyen los más inteligentes y los más desesperados.
6. Parece poco probable que un cambio que re dinamize la Concertación y le permita ganar un quinto gobierno pueda provenir desde adentro. El Alvearismo y su “congreso ideológico” resulta penosamente
inadecuado para resolver la profundidad de la crisis. En cuanto al bloque “socialista”, la conversión de un partido de masas, el PS, en un aparato
burocrático estatal es tan irrecuperable que difícilmente una salida “por la izquierda” podría darse desde ese polo. Navarro y Ominami todavía pesan demasiado poco en las máquinas partidarias.

7. Resulta poco inteligente, por decir lo menos, que el PC se plantee alianzas con quienes probablemente perderán el
gobierno. La mejor cara que tiene la Concertación, su sonriente presidenta, en dos años, ha bajado de una aprobación de más del 50% a solo el 39%. La Alvear,
que todavía aparece con buena votación verá sangrar su imagen y bajar la votación con el daño sistemático que le harán los colorines que afilan sus
cuchillos. El “gran estadista” Ricardo Lagos ha perdido el agradecimiento de parte considerable de la Derecha y los empresarios y luce difícil que se levante como salvador de la patria.

8. El PC no podrá arrastrar a toda la Izquierda a su ciego y reduccionista juego electoral. Los humanista no agancharán en un entendimiento con la Concertación. Ellos vienen de vuelta de esa experiencia. El resto de la Izquierda revolucionaria, en sus vertientes marxista y anarquista, aunque todavía dividida, reforzará su consenso en tres aspectos fundamentales:

1. Reconociendo que siendo todavía minoría electoral,
las elecciones serán principalmente un camino importante para llegar a las masas con nuestras proposiciones.

2. Pactar con la Concertación es enviar una señal
equivocada a masas que se estrellan cada día con la flexibilidad laboral, los
salarios de hambre, la cesantía, la corrupción gubernamental, el Transantiago, la manga ancha para los empresarios, la represión, la militarización de los
territorios mapuches y un largo excétera que los explotados ven crecientemente como resultado de que la Concertación esté en el poder.

3. Reafirmará
decididamente impulsar la lucha de masas directa e independiente y el desarrollo
del Poder Popular.

9. Dentro del PC, parte de los jóvenes y una combativa generación de dirigentes sindicales comunistas que han empezado a ignorar la inercia de las burocracias de la CUT (Interesante proceso que ya se
dió con los cordones industriales en la época de Allende) difícilmente podrán ser arrastrados al cretinismo electoralista de su dirección. El repunte de las
luchas populares, una “revolución pinguina” que no está agotada, una lucha de
masas mapuches que gana cuerpo y espacio, un aumento de la explotación y la cesantía entre los temporeros como resultados de la caída del dólar y la recesión norteamericana que amenaza con extenderse a otros mercados, son la dirección principal de los acontecimientos. La dirección comunista marcha a contrapelo de estos hechos.

10. Finalmente cabría señalar que por más que ciertos sectores de la Concertación tengan conciencia de que necesitan “los votos del PC”, la debacle que empieza en la Concertación y un Piñera que no
concita sobre esto acuerdos en RN tornan difícil la movida.

11. En la senilidad del capitalismo, su aparato de dominación de clase, el Estado y los gobiernos anti democráticos que “realmente existen” se alejan cada día más de su definición teórica. La ley binominal no es el producto del cerebro maquiavélico de su autor, el malogrado senador y fundador de la UDI Jaime Guzmán. Es un requisito para mantener la
dominación o, como dicen los “teóricos” del capitalismo, para mantener la “gobernabilidad”. Dos bloques poderosos que excluyen la proporcionalidad
“histórica” : Derecha, Centro e Izquierda. Durante la dominación burguesa “por
la fuerza” (la dictadura pinochetista) la Izquierda fue destruida.

Al término de la dictadura, fue relevada por un Centro (tan a la derecha) que hizo que A no fuera distinto a B, excepto en cosas
cosméticas de poca monta. El pueblo manipulado en su conciencia “cree” que elige
entre opciones distintas. Las primarias norteamericanas actualmente en desarrollo son muy ilustrativas: los contendientes realizan enormes esfuerzos
intelectuales para diferenciarse de los otros. McCain dice que Chávez es un peligro que hay que combatir. Clinton dice que “existe” (el presidente Chávez)
porque Bush metió la pata. Todos no piensan retirarse de Irax y prometen mantener el bloqueo contra Cuba. Ninguno propone aumentar los impuestos a los
ricos. Todos quieren rebajarlos para que los señores se atrevan a invertir.

Nadie habla de cortar drásticamente el demencial presupuesto de guerra. Todos se
esfuerzan en hacerle unos ajustes por aquí o por allá. Lo mismo ocurre entre laborista y conservadores en Inglaterra o entre el partido de Asnar y el de
Zapatero en España.

12. ¿Porqué nos extraña entonces que la Concertación halla aplicado tan concienzudamente el modelo neoliberal heredado
de la dictadura? Si la Concertación es B y A es la Derecha, B no podía ser tan
distinto de A. Así ha sido para que la actual dominación “por consenso” funcione.

13. Ahora que la Concertación está desgastada
ante las masas “tiene” que venir una “alternancia” en el gobierno. El show para la chusma está a cargo de Allamand que escribe su librito “El desalojo”. Pero
para que nadie se “confunda o asuste” ( y ¡por Díos!... no se radicalice..)
pensando en una guerra real en las filas desconcertadas de la Concertación, Larraín & Larraín esbozan una sonrisa y dicen que “no quieren que al gobierno le vaya mal porque le irá mal a todos los chilenos”. Ellos no quieren una caída estrepitosa del Gobierno que podría radicalizar a los trabajadores y agigantar a la Izquierda Revolucionaria. Por eso se apresuran en recurrir a los
servicios diplomáticos de Lavín. La derecha política es tácticamente inteligente.

La burguesía como clase es estratégicamente ciega (de lo contrario las revoluciones serían todavía más difíciles ).
14. El instrumento para mantener la dominación por consenso en esta vieja y desgastada democracia capitalista senil,
es el sistema binominal que asegura la alternancia. Después que termine la Bachelet, en los próximos ocho años, cuando el gobierno empresarial y moderno de Piñera muestre su hilacha anti obrera y pro yanqui y halla arrastrado al país a más profundas desigualdades, la Concertación podría volver para “re encantar” a las masas. Esto no es ciencia ficción o futurismo El binominalismo hay que
entenderlo de una vez por todas como el cuerpo central y funcional de sobrevivencia sin dictadura del capitalismo en Chile.

15. Hace treinta y cinco años con un sistema electoral proporcional y un modelo de acumulación agotado (el modelo de acumulación del capital “sustitutivo de importaciones” propuesto como vía de
desarrollo por la CEPAL de entonces) Allende se sentó en La Moneda.

Detrás de él se “coló” el más avanzado y radicalizado movimiento de masas del Continente (exceptuando al cubano por supuesto). Guzmán que leía y conocía muy bien el comportamiento de la
inteligencia del capitalismo mundial, instaló sabiamente el sistema electoral binominal. La burguesía empresarial y la burguesía burocrática (que hoy nos gobierna) no se harán el haraquiri. Seguirán intentando gobernarnos “democráticamente”. Los colorines y otros díscolos que surjan en el camino de la
crisis deben ser también “coptados” para garantizar el bien común y superior. Si
en esta vía crucis de la burguesía el pueblo chileno despierta masivamente (como
en Venezuela y otras partes del Continente) entonces si se apresurarían a echar
abajo la binominal, la Constitución y cualquier otro cuerpo jurídico semi
democrático que hayan construido en estos años. Entonces veremos de nuevo a los
cisnes democráticos desempolvando sus uniformes y sus corvos para vestirse con
los plumajes de las águilas de la guerra para defender sus privilegios de clase.


Guillermo Muñoz

Bloque por el SocialismoRevolucionario
guillermobloquesocialista@gmail.com




Declassified documentos sobre Chile

16.000 documentos secretos desclasificados EE.UU. CIA obligados a liberar a cientos de registros de las operaciones encubiertas National Security Archive calls Release a Victory for Openness; Archivo Nacional de Seguridad pide una victoria para la etapa Apertura; Pushes for further Declassification Empuja para seguir Desclasificación
registros de la dictadura de Pinochet en Chile, y el papel de Washington en el derrocamiento violento del gobierno de Allende y el advenimiento del régimen militar al poder. La puesta en libertad , Con un total de más de 50000 páginas del Departamento de Estado, CIA, la Casa Blanca, el Departamento de Justicia y de Defensa de los registros, representa el cuarto y último "tramo" de la Administración Clinton especial de Chile Desclasificación de proyectos.

La controvertida desclasificación incluye 700 documentos que la CIA la Dirección de Operaciones se ha negado a liberar los registros de las operaciones encubiertas de EE.UU. entre 1968 y 1975 para desestabilizar al gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende y, después del violento golpe de 1973, para reforzar el régimen militar de Augusto Pinochet. El lanzamiento final, previsto inicialmente para el 14 de septiembre, se retrasó dos meses, mientras la Casa Blanca presionó a la CIA a ceder estos documentos. Unos 800 otros CIA fueron también los archivos de inteligencia desclasificados.

El Archivo de Seguridad Nacional de Clinton acreditan la seguridad nacional del personal, en particular William Leary quien coordinó la desclasificación de proyectos, así como funcionarios del Departamento de Estado con un fuerte compromiso con la utilización de documentos desclasificados EE.UU. para promover la causa de los derechos humanos en el extranjero y el público de América del Derecho a la información en casa.

La versión incluye docenas de registros sobre el número de septiembre 1976 de asesinato del ex embajador chileno Orlando Letelier y su asociado americano, Ronni Karpen Moffitt que había sido retenido previamente por el Departamento de Justicia como posible prueba en el curso de la investigación de personal del general Pinochet en el papel Más famoso acto de terrorismo internacional nunca cometido en Washington DC Inteligencia registros que podría implicar directamente a Pinochet permanecen clasificados. La mayoría de los 16000 documentos que proceden de los archivos del Departamento de Estado, correspondientes a los años 1970 a 1990.

Entre los principales documentos desclasificados que arrojan considerable luz sobre la historia de la participación de EE.UU. en Chile, y la represión del régimen de Pinochet son las siguientes:

Detallada acta de la "Comisión 40" de las reuniones de alto nivel presidido por el grupo interinstitucional asesor de seguridad nacional Henry Kissinger, que supervisó los esfuerzos de EE.UU. para socavar la elección y gobierno del líder socialista Salvador Allende. En estas reuniones se ponen de manifiesto las estrategias de "acción drástica" planificadas A la "conmoción" los chilenos en la adopción de medidas para bloquear Allende.

Memorandum for the Record, Subject: Minutes of the 40 Committee Meeting, 8 September 1970, September 9, 1970. Memorando para las Actas, Asunto: Acta de la 40 reunión de la Comisión, el 8 de septiembre de 1970, 9 de septiembre de 1970.

Los archivos de Consejo de Seguridad Nacional y las reuniones del gabinete presidido por Richard Nixon la grabación de su administración el compromiso de "hacer todo lo posible para traer abajo Allende", después de los esfuerzos encubiertos para fomentar un golpe para impedir su toma de posesión no. (Docenas de otros Casa Blanca, la CIA y el NSC Registros, utilizados por Frank Iglesia especiales de los informes de las comisiones de Chile en 1975, han sido desclasificados por primera vez.)

Memorandum for the President from Henry A. Kissinger, Subject: Chile, September 17, 1970. Memorando para el Presidente de Henry A. Kissinger, Asunto: Chile, 17 de septiembre de 1970.

Memorandum of Conversation, NSC Meeting - Chile (NSSM 97), November 6, 1970. Memorándum de Conversación, NSC Reunión - Chile (NSSM 97), 6 de noviembre de 1970.

Memorandos y cables de la CIA en el asesinato del general chileno René Schneider, incluyendo una muy censurado examen de la susceptibilidad del organismo ante las acusaciones de implicación en su asesinato por los golpistas de octubre de 1970.

. Un informe de inteligencia CIA, de fecha septiembre de 1972, Augusto Pinochet en la creencia de que Allende debe ser forzado del cargo.

Fuertemente censurados Agencia de Seguridad Nacional intercepta conversaciones y de la información sobre el 11 de septiembre de 1973 de golpe.

los esfuerzos del Gobierno para evitar presionar el régimen de Pinochet en materia de derechos humanos atrocidades.

Memorandum for Lieutenant General Brent Scowcroft, Subject: Chile, July 25, 1975. Memorándum para el Teniente General Brent Scowcroft, Asunto: Chile, el 25 de julio de 1975.

Department of State Cable, Subject: Operation Condor, August 24, 1976. Departamento de Estado de Cable, Asunto: Operación Cóndor, el 24 de agosto de 1976.

FBI y la DINA registros que muestran que EE.UU. había obtenido la inteligencia chilena dirección de Frank Teruggi ciudadano de los EE.UU., quien, al igual que Charles Horman, fue detenido por Pinochet después del golpe militar en su domicilio, llevado al estadio nacional, y ejecutados.

Memorandum for Acting Director, FBI, Subject: Frank Teruggi, October 25, 1972. Memorando de Director, FBI, Asunto: Frank Teruggi, el 25 de octubre de 1972.

FBI Memorandum, [Information on Frank Teruggi], October 25, 1972. Memorando del FBI, [Información sobre Frank Teruggi], 25 de octubre de 1972.

Memorandum for Acting Director, FBI, Subject: [Deleted] SM - SUBVERSIVE, November 28, 1972. Memorando de Director, FBI, Asunto: [Suprimido] SM - SUBVERSIVE, 28 de noviembre de 1972.
DINA solicitudes de apoyo en materia de organización y capacitación de la CIA.

CIA reuniones informativas con el Departamento de Estado sobre la Operación Cóndor y el asesinato planificado en el extranjero.



Documentos que, por primera vez, el General Pinochet enlace a un par de agentes de inteligencia chilenos más tarde vinculado al asesinato de Orlando Letelier y Ronni Moffitt en Washington, DC

Memorandum for Director of Central Intelligence, Subject: Two Chilean Army Officers on Paraguayan Passports, August 23, 1976. Memorando de Director de la Agencia Central de Inteligencia, Asunto: Dos oficiales del Ejército chileno de pasaportes paraguayos, el 23 de agosto de 1976.

Department of State Memorandum, [Pinochet-Stroessner Telephone Conversation], September 1, 1976. Departamento de Estado de motivos, [Pinochet, Stroessner-Conversación telefónica], 1 de septiembre de 1976.

Department of State Memorandum, The Paraguayan Caper, October 15, 1976. Departamento de Estado de motivos, el paraguayo Caper, 15 de octubre de 1976.

CIA Spot Report, Subject: Juan Williams Rose and Alejandro Romeral Jara, December 12, 1991. Spot Informe de la CIA, Asunto: Juan Williams Rose y Alejandro Romeral Jara, 12 de diciembre de 1991.

Los informes de la CIA y otros organismos de Manuel Contreras, sus reuniones con funcionarios de EE.UU., y sus esfuerzos de EE.UU. para obstaculizar las investigaciones sobre el asesinato de Orlando Letelier y Ronni Moffitt.

Department of State, Resume of USG Evidence & Defense Position in the Contreras, et al., Extradition, ca. Departamento de Estado, Reanudar Pruebas de SGA y en la Posición de Defensa de Contreras, et al., Extradición, ca. 1979. 1979.

CIA Report, [Contreras and Human Rights], July 10, 1975. Informe de la CIA, [Contreras y Derechos Humanos], 10 de julio de 1975.

CIA Report, [Contreras Luncheon with Deputy Director of Central Intelligence], August 1975. Informe de la CIA, [Contreras Almuerzo con Director Adjunto de la Central de Inteligencia], agosto de 1975.

Memorandum for Director of Central Intelligence, Juan Manuel Contreras Sepulveda Visit to Headquarters, August 23, 1975. Memorando de Director de la Agencia Central de Inteligencia, Juan Manuel Contreras Sepúlveda Visita a la Sede, el 23 de agosto de 1975.

CIA Summary, Chile [DDCI Luncheon for Contreras, August 25, 1975], December 12, 1991. Resumen de la CIA, Chile [DDCI Almuerzo para Contreras, 25 de agosto de 1975], 12 de diciembre de 1991.

Department of State Cable, Offer/Threat by Manuel Contreras, February 10, 1989. Departamento de Estado de Cable, Oferta / amenazas de Manuel Contreras, 10 de febrero de 1989.

CIA Name Trace Request, Juan Manuel Contreras Sepulveda, Pedro Espinosa Bravo, et al., May 21, 1991. Solicitud de Nombre de la CIA Trace, Juan Manuel Contreras Sepúlveda, Pedro Espinosa Bravo, et al., 21 de mayo de 1991.

"Con estos documentos la historia de los EE.UU. en Chile y el papel de la dictadura de Pinochet puede ser reescrito", dijo Kornbluh, quien dirige el Archivo del Proyecto de Documentación de Chile. Sin embargo, señaló que muchos registros de la CIA sigue siendo en gran medida ocultada ". CIA Censores siguen dictando lo que los chilenos y los estadounidenses por igual pueden saber acerca de esta vergonzosa historia

Archivo Nacional de Seguridad de los funcionarios se comprometieron a buscar todos los medios legales a la prensa de la CIA a revelar plenamente todavía la documentación clasificada.


The National Security Archive The George Washington University Gelman Library, Suite 701 2130 H Street, N.W. Washington, D.C. 20037

CARTA ABIERTA A LA DIRECTIVA NACIONAL Y AL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO SOCIALISTA DE CHILE

Como militantes de la Seccional Edmundo Montero de Vista Hermosa y Casas Viejas de la Comuna de Puente Alto del Partido socialista de Chile y militantes de distintos núcleos que adhieren a esta carta, nos dirigimos a los miembros de la Directiva Nacional y al sector mayoritario del Comité Central del partido, responsables de la orientación y conducci6n que del Mismo han hecho por años.-

1.- Es un hecho histórico indesmentible que el partido socialista de Chile
fue fundado como instrumento de lucha de los trabajadores y de los desposeídos en general para llevar a cabo los cambios estructurales necesarios para terminar con las desigualdades e injusticias propias de un régimen capitalista. Por ello dieron su vida el Compañero Presidente Salvador Allende y miles de chilenos.

2.- Pero Uds., diciéndose socialistas, no han hecho otra cosa que continuar y mejorar para los grupos económicos el perverso modelo neoliberal de mercado montado por Pinochet y la derecha, incurriendo en una clara deslealtad con las bases partidarias y con el pueblo en general a quien dicen defender y representar.

A esto Uds. le llaman pragmatismo. El pueblo le llama traición. Uds. son ya integrantes de la nueva derecha política de este país y gozan de la gran simpatía de los banqueros y de los grandes empresarios. No debe olvidarse el gran amor que la banca siente por el "socialista" Ricardo Lagos Escobar. Es un hecho claro que el gran empresariado que constituye la derecha económica se siente mas interpretados por Uds. y los demás partidos de la Concertaci6n que por la U.D.I. y Renovación Nacional. Es que nunca, ni siquiera con Pinochet, habían tenido tantas utilidades como en estos años. La reforma previsional que impulsa el gobierno de doña Michelle Bachelet no es otra cosa que el uso de los recursos de los trabajadores para que los grupos económicos nacionales y extranjeros aumenten sus utilidades, recibiendo los primeros solo migajas y los segundos millonarias utilidades.
3.- Uds. forman parte de un gobierno que le niega a los trabajadores un
Salario justo y les niegan también los reajustes de los mismos. Como contrapartida podemos apreciar que muchos funcionarios públicos cercanos al gobierno perciben, aparte de su sueldo, mas ingresos por concepto de "sobresueldos ". No hay dinero, se dice, cuando lo piden los trabajadores, pero es de publico conocimiento que un cuñado del ex Presidente de la Republica Ricardo Lagos, y por tanto muy cercano a1 ex
Mandatario, ha obtenido contratos del Ministerio de Obras Publicas para llevar a cabo estudios sobre impactos ambientales por los cuales ha percibido miles de millones de pesos. Asimismo no hay dinero, se dice, para aumentar 1os sueldos de los trabajadores, los que en su gran mayoría viven en la pobreza, pero no vacilan en entregarle US$ 800.000.000-, un dinero de todos los chilenos, a los bancos para "salvar" el Transantiago, o sea, para salvar las inversiones y utilidades de tales entidades económicas y de otras grandes empresas privadas.

Asimismo y con antecedentes mas que suficientes para establecer que no era posible que este sistema nuevo de transporte iniciara aun sus actividades no se espero y con absoluto desprecio por la dignidad de las personas se ordeno su marcha con las consecuencias por todos conocidas. Cabe preguntar cuales son las razones de tal prisa. Es preciso hacer notar de paso lo muy extraño que resulta el hecho que un ex Ministro del Trabajo, de militancia socialista y de apellido Solari, haya sido director hasta hace muy poco de una de las empresas que integran el Transantiago. Cabe preguntar quien más esta en todo esto y a titulo de que. Se puede concluir, sin incurrir en error ya que Uds. Lo permiten, que los trabajadores y desposeídos son seres de segunda o tercera clase. La casta gobernante y 10s grupos econ6micos se consideran de primera clase y por ello creen merecer un trato privilegiado.

4.- La dictadura de Pinochet y de la derecha continua en lo más esencial e importante:
A.- En la Constitución Política del Estado de 1980.
B.- En la economía, teniendo presente que la causa determinante para dar el golpe de Estado h e la decisión de mantener una economía capitalista que, como es sabido, favorece solo a unos pocos. Luego, después de un tiempo de dado el golpe se lleva este proceso hasta el extremo más inhumano: La economía neo liberal de mercado. En el ínter tanto era conveniente sembrar el terror en la ciudadanía para inmovilizarla ya que ello permitía la aplicación y mantencion de las políticas económicas desafiadas por la derecha y, obviamente, también la estabilidad de la dictadura. Para ello se creó la DINA y más tarde la Central Nacional de Informaciones y con ellas las detenciones y desapariciones de personas, los asesinatos, la tortura, en fin, de tanto sufrimiento de los chilenos.

Es efectivo que ahora ya no hay detenciones y desapariciones de personas, torturas, muertos en falsos enfrentamientos, etc., pero en cambio hoy no pocas personas mueren de otra manera; el sufrimiento de los humildes se prolonga hasta ahora. En efecto, el modelo capitalista a ultranza y luego el modelo neo liberal de mercado que impusiera la derecha, usando a Pinochet y a las Fuerzas Armadas, ha sumido a millones de personas en la pobreza y miseria.

La Educación ya hace tiempo dejo de ser un derecho y se ha transformado en un gran negocio sujeto a la oferta y la demanda, ello ha dejado sin futuro a la gente joven, hijos de los trabajadores y de los más desposeídos del país, no quedándoles a muchos de estos otra alternativa que "reviente" con la cocaína o la pasta base siendo no pocos 10s que mueren como consecuencia de esto; Vemos también que ahora hay "niños soldados de la droga " dispuestos a matar para defender a 10s traficantes y su "mercancía", o bien se sumen en el alcohol, o caen en la delincuencia y en la cárcel, o en la prostituci6n.

No es aventurado decir que nuestro pueblo sé esta destruyendo de diversas maneras y la vida no vale nada, se mata por mil pesos o porque se mira feo. Ese desprecio actual por la vida es "herencia" de Pinochet, que bien sabemos que utilizo el homicidio como "herramienta maestra " para gobernar. Tienen Uds. una gran responsabilidad en todo esto dado que mantuvieron y mantienen esta sociedad de mercaderes así construida, sin valores trascendentes, sin ideales, sin Critica, donde el Ser Humano es un mero objeto transable, donde el prójimo no existe, solo yo y mi apetito de dinero y poder.

No hicieron los cambios que tanto decían que iban a llevar a cabo. Entonces las consecuencias esta a la vista.

Uds. han consolidado una sociedad profundamente decadente y enferma, que nada tiene que ver con los ideales de libertad, igualdad y socialismo. Una sociedad donde es "triunfador" el que "tiene" y no el que "es". Una sociedad donde el trabajador, el hombre y la mujer humildes, en una suerte de esclavitud, son usados como meros desechables para que unos pocos aumenten sus muchos millones de dólares que poseen como fortuna. Donde la mentira se usa sistemáticamente.

Como ejemplo, se dice que el producto geográfico bruto ha crecido y, por lo tanto el país ha crecido, lo que es mentira ya que lo único que ha aumentado es la fortuna de los grupos económicos, debiendo recordarse que es la propia Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica la que ha hecho declaraciones en el sentido que es un escándalo la brecha existente entre ricos y pobres, como asimismo ha debido intervenir apoyando a los trabajadores cuando estos han exigido aumento de sus salarios.

0 como otro ejemplo se dice que la Concertación, entre ellos el Partido Socialista, lucha por los derechos del pueblo, lo que es otra gran mentira ya que esta coalici6n va del brazo con los dueños de las grandes fortunas. Una sociedad donde la cultura en todas sus expresiones y la educación se ha desterrado. Donde los medios de comunicación en su gran mayoría salpican diariamente con su ordinariez y grosería, ya que interesa que el pueblo no se cultive ni se eduque. Por el contrario. Mientras más alienado y rebajado, mas fácilmente puede continuarse con su explotación. Resulta penoso comprobar que en esto participa tambien un canal de televisi6n que se dice católico.- En fin, una sociedad donde han vendido al martillo ideales y principios.

5.- Uds. ya se aprontan para las pr6ximas elecciones. Ya sacan cuentas alegres del candidato que quieren llevar. Que es Lagos o que podría ser Insulza; ya se ven nuevamente gobernando el país como lo han hecho hasta ahora. Piensan repartirse los cupos para ser diputados y senadores, piensan continuar dictando del poder y sus beneficios. Piensan seguir en lo mismo, pese a algunas posiciones aparentemente disidentes que se aprecian actualmente, después de muchos años han venido a darse cuenta
Pero, como es evidente, son discrepancias acomodaticias y por ello no creíbles. En otros términos, piensan seguir avasallando al pueblo, piensan seguir burlándose del pueblo.

Por todo esto es que les decimos que ya no más. Que se vayan del partido, ingresen oficialmente a Renovación Nacional o a la Uni6n Demócrata Independiente o funden un nuevo partido o coalisi6n donde, indudablemente, puedan dar rienda suelta a sus aspiraciones neo liberales, donde puedan luchar abiertamente por las leyes de la oferta y la demanda, donde puedan decir sin complejos que son cultores de Adán Smith y, por favor, no continúen faltándole el respeto al pueblo diciéndose socialistas porque nunca lo fueron o dejaron de serlo ya.

hace muchos años, cuando decían y prometían que venían los cambios. Ah, y también la alegría.
VENCEREMOS.

Alejandro Guzmán Barbé
Rode.mil Ríos Gómez
Manuel López
Patricia Salas Muñoz


El Bloque por el Socialismo Revolucionario (BxSR)valora la carta enviada a la dirección del Partido Socialista por militantes que no se han dejado engañar por el Socialismo Neolivaral que ese partido hoy profesa.

Ustedes de adentro, nosotros desde afuera: presionaremos, lucharemos, pelearemos y no nos dejaremos amedrentar por cobardes amenazas propias de la dictadura militar, encaminadas a la represión, de un pueblo que se alza y se manifiesta desde la base y con su puño en alto, frente a este gobierno capitalista, deshumanizado e indolente.

No nos acalló un golpe de estado, no nos acallarán ahora.
¡¡LA LUCHA SUMA Y SIGUE!!
¡¡POR EL SOCIALISMO SIEMPRE!!


Dr. Nicolás García Moreno
Ex Miembro de la Comisión Política del Partido Socialista de Chile UP
Bloque por el Socialismo Revolucionario BxSR




CARTA ABIERTA AL PARTIDO SOCIALISTA.



Dicen que el tiempo todo lo sana, incluso nuestra memoria. El tiempo es como un sedante, que invita al olvido. El olvido nos conecta a la impunidad. La impunidad nos lleva a la reproducción de la bestialidad, a todas las formas de oprobio.
Sin embargo, lamentablemente, existen seres humanos que se resisten al olvido, que cada día, en algún instante, recuerdan. Los sueños, de ese país distinto, de un sueño en donde obreros, campesinos, pequeña burguesía progresista, junto a los pobres del campo y la ciudad, le "tocaron el potito" a eso llamado Socialismo. En ese proyecto el PS colaboró activamente como fuerza social, organizando, luchando. Salvador Allende, era el rostro, la encarnación, el símbolo. En estos tiempos que corren, el PS denomina "años de locura", "excesos de la juventud", al período 1970-1973. Incluso ocultan la figura de Allende, reduciéndolo a unos lentes abstractos. La única figura digna a pesar de los cuestionamientos que se le hacen, es Carlos Altamirano.
Pero, hubo el militante anónimo, que en su frente de lucha, dio lo mejor de sí. Que se unió a los sectores revolucionarios de fuera de la UP. Que enfrentaron no tan sólo a los sediciosos, sino que de igual modo al Reformismo del PC. Uno de ellos fue Jaime René Nebott Acuña. Desde ya pedimos perdón por llamar vuestra atención, por este chileno, socialista, radicado en Arica.
Jaime Nebott, sancionado por el Tribunal Supremo del PS, acusa irregularidades en su zona. En lo especifico a Iván Paredes y a la organización del PS. ¿Sancionado por decir la verdad? Para nadie es un secreto que el PS-y el resto de los partidos de la Cocertación- es hoy el principal sostenedor del sistema capitalista. Son los "perros guardianes" de este país inscrito en la Segunda Fase del Imperialismo, que algunos llaman erróneamente "neoliberalismo". Todos saben que la Concertación sufre lo mismo que vivió el Frente Popular entre 1938-1952. Pero, saber no es lo mismo que denunciar. Jaime Nebott lo hizo y está sancionado por ello.
Nosotros, su esposa y cuatro hijos, no militamos jamás en el PS. Nuestra lucha contra la Dictadura Militar se canalizó por otras vías. Sí, sentimos un gran respeto y admiración por el "Allendismo", que no es monopolio del PS. Somos independientes de izquierda, seguimos soñando y trabajando por construir una sociedad socialista, una república democrática de trabajadores, por un socialismo internacionalista, un socialismo basado en el Poder Popular. ¿Se acuerdan Ustedes de vuestra Declaración de Principios? Nosotros seguimos bregando para que se abran las grandes Alamedas.
Jaime Nebott, fue detenido el 11 de septiembre de 1973, en su puesto de trabajo: YARUR. Junto a 65 compañeros, del PS y del FTR-MIR. Ellos, fueron llevados al Tacna. Se le condenó a fusilamiento, salvando milagrosamente por una diarrea. En el Estadio Chile apreció todo el horror. Al igual que en el Estadio Nacional. Finalmente, en la Cárcel Pública "apareció" en un listado. Pilar Morales, su esposa, pudo reconocerlo. Estuvo junto al "Coco" Paredes y al general Bachelet.
Amigos, Compañeros, señalan que pese a las torturas no delató a nadie. ¿Podríamos decir lo mismo de la dirección del PS que partió al exilio dorado? Nosotros nos quedamos en Chile. Luchando, combatiendo. Tomamos otro rumbo. El de la lucha frontal contra quienes, con o sin uniforme, truncaron, momentáneamente, el acceso a una sociedad distinta. Hoy, nuestra lucha es triplemente difícil: combatir a los sectores reaccionarios, anular el reformismo de izquierda y desenmascarar a los traidores de la Concertación.
"Negrita chabelona", fue la canción que le dedicó Jaime Nebott a Pilar Morales, luego de su detención. Sepan Señores y Señoras que actualmente detentan la dirección del PS, que nosotros no olvidamos, que el espíritu de Salvador Allende nos ilumina, nos convoca.
Sepan que llegará el día en que serán juzgados, tal vez por nosotros o por la Historia. La traición que realizan no puede quedar impune, pues recuerden que existen aquellos que no olvidan. Como ya dijimos, la batalla no es sólo contra el capitalismo, sino que Ustedes han entrado en la lista, GOZAD DEL DINERO, DE VUESTRAS CASAS, DE LOS AUTOS, DE LAS CÁMARAS DE TV. Gozad hasta hartarse. Pero, recuerden-si es que tienen recuerdos- que ganaremos nosotros, más temprano que tarde. Les ganaremos, pese a su soberbia, a su actual poder. Les ganaremos.





EULOGIA DEL PILAR MORALES PARRA.
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La CIA y el terrorismo de Estado en América Latina


El 26 de julio de 1947 Harry Truman, presidente de los Estados Unidos, firmó el Acta de Seguridad Nacional que dio vida a la Agencia Central de Inteligencia (CIA). La CIA empezó a funcionar el 20 de septiembre de ese mismo año y desde entonces ha estado involucrada en operaciones encubiertas para desestabilizar gobiernos y asesinar dirigentes en países que han pretendido llevar a cabo transformaciones en favor de sus pueblos y en contra de los intereses norteamericanos.
1954-1996
La CIA organiza y financia un golpe de Estado en Guatemala para derrocar al presidente Jacobo Arbenz. Arbenz había nacionalizado las tierras ociosas de la United Fruit pagando por ellas lo que la empresa norteamericana había declarado que valían en sus libros de contabilidad. La violencia provocada desde entonces por los sucesivos gobiernos militares dejó un saldo de 160 mil muertos y 40 mil desaparecidos.
1959-????
Tras el triunfo de la Revolución cubana, el presidente Dwight Eisenhower autoriza operaciones encubiertas con el fin de asesinar al entonces primer ministro Fidel Castro. En 1961 la CIA organiza y financia un desembarco mercenario en Cuba para derrocar al gobierno. La invasión termina en un rotundo fracaso en menos de 72 horas y el presidente John Kennedy asume la responsabilidad total. Desde entonces, la política terrorista y el bloqueo económico aplicados por el gobierno norteamericano han causado cientos de muertos y pérdidas por más de 40 mil millones de dólares a la economía cubana.
1963-1965
La CIA lleva a cabo una campaña propagandística en contra del presidente dominicano Juan Bosch que culmina con un golpe de Estado. Bosch había anunciado una serie de reformas que beneficiaban a los trabajadores del país. Tras un alzamiento de militares constitucionalistas que pedían el retorno de Bosch, los Estados Unidos intervienen al frente de una fuerza «multinacional» y terminan imponiendo un nuevo presidente.
1964
La CIA lleva adelante una millonaria campaña propagandística en contra de João Goulart, presidente del Brasil, que culmina con un golpe de Estado. Goulart, quien mantuvo una política exterior independiente de Washington, había iniciado una serie de reformas que limitaban las ganancias de las empresas transnacionales y nacionalizó una subsidiaria de la ITT.
1967
La CIA participan en el entrenamiento y las operaciones del ejército boliviano en contra del ELN. El agente Félix Rodríguez es el encargado de transmitir la orden, llegada desde La Paz, de asesinar a Ernesto Che Guevara.
1971
La CIA prepara un atentado para asesinar a Fidel Castro, primer ministro de Cuba, durante su visita a Chile.
1970-1973
A raíz del triunfo de Salvador Allende en las elecciones chilenas, el presidente Richard Nixon destina 10 millones de dólares para desestabilizar al nuevo gobierno. La CIA organiza y financia un golpe de Estado que instala en el poder a Augusto Pinochet y deja un saldo de más de 3,000 muertos y desaparecidos. Allende había iniciado un proceso de nacionalización de industrias estratégicas que afectaban a los intereses de empresas norteamericanas como la International Telephone and Telegraph Corporation.
1976
Los agentes de la CIA Orlando Bosch y Luis Posada Carriles organizan un atentado que provoca la explosión, en pleno vuelo, de un avión cubano en Barbados. En el atentado mueren 73 personas.
1979-1990
Al triunfo de la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua, el presidente norteamericano James Carter autoriza operaciones de la CIA en apoyo de la oposición. Durante el gobierno de Ronald Reagan se destinan cientos de millones de dólares a la creación de un ejército mercenario que, desde la vecina Honduras, se dedica a sabotear los esfuerzos nicaragüenses por construir una sociedad democrática y plural. La guerra cuesta al país 60 mil muertos y 2 mil desaparecidos, además de 17 mil millones de dólares en pérdidas que los norteamericanos se niegan a pagar a pesar del fallo de la Corte Internacional de Justicia en 1986. Finalmente la oposición llega al poder en 1990 después de un proceso electoral marcado por el intervencionismo de los Estados Unidos.
1980-1992
La CIA desempeña un papel fundamental en la concepción y organización de las agencias de seguridad de las que emanaron los grupos paramilitares de El Salvador. Durante la guerra civil salvadoreña, los Estados Unidos apoyan a los sucesivos gobiernos militares con más de 5 mil millones de dólares. La guerra dejó un saldo de 75 mil muertos y 8 mil desaparecidos.
1983
Tropas norteamericanas invaden Granada poco después de que un golpe de Estado terminara con el régimen de Maurice Bishop. Según el presidente Ronald Reagan, Granada, una isla de 340 km² y 110 mil habitantes representaba una amenaza militar para los Estados Unidos. Reagan había mostrado su preocupación por un aeropuerto que trabajadores cubanos estaban construyendo para desarrollar el turismo. Luego de la invasión, los Estados Unidos anuncian su decisión de concluir el aeropuerto… para desarrollar el turismo.
1986
Es derribado en Nicaragua un avión DC-3 que apertrechaba a la contrarrevolución. El piloto, Eugene Hasenfus, revela que los vuelos son dirigidos por la CIA y proceden de bases en El Salvador y Honduras.
1989
Los Estados Unidos invaden Panamá con el pretexto de capturar a Manuel Antonio Noriega, un ex agente de la CIA acusado de tráfico de drogas. El gobierno norteamericano tenía conocimiento, al menos desde 1972, de las actividades ilícitas de Noriega, pero lo mantuvo en su nómina mientras le fue útil. La invasión dejó un saldo de siete mil muertos y desaparecidos, así como pérdidas millonarias.
1997
El agente de la CIA Luis Posada Carriles organiza una serie de atentados explosivos en contra de hoteles cubanos con saldo de un muerto y numerosos heridos. En los atentados participan mercenarios salvadoreños.

Movimiento de Refundación Comunista ( Llamamiento)


Somos Comunistas, con y sin carnet al día, que nos hemos reunido ante la grave crisis por la que atraviesa nuestro querido partido con la finalidad de unirnos para recuperar su historia, su compromiso, su mística y el objetivo final con que fue creado, a principios del siglo pasado, por Luis Emilio Recabarren y ese puñado de hombres y mujeres revolucionarios.

Hoy el Partido Comunista de Chile no es ni la sombra de aquel que se construyó con tanto amor y fuerza por miles y miles de compatriotas a lo largo de los años. En lo orgánico, la militancia con su carnet al día es cada vez menos, ni siquiera alcanza a un 25% de lo que éramos al finalizar la dictadura, mientras que en lo político la actual Dirección nos guía hacia un despeñadero sin retorno, entre maniobras autoritarias contra cualquier opinión diferente y tácticas socialdemócratas que nos alejan del pueblo y los trabajadores.

Creemos que es necesario un gran esfuerzo por rescatar a nuestro Partido del rumbo que ha tomado, producto del acuerdo entre las dos fracciones que se han hecho del poder, manejando la chequera, el padrón electoral y los símbolos de lucha, con el claro propósito de acomodos personales y sometimiento a las dos derechas que se encuentran el poder.
En lo político, creemos que es necesario refundar nuestra organización marxista-leninista retomando el clasismo de nuestros fundadores y apropiándonos de la esencia de la Política de Rebelión Popular de Masas, como forma de encaminar a esta herramienta de los trabajadores hacia su meta final: las transformaciones profundas de nuestra sociedad, la revolución. Será con y desde el pueblo la forma en que crezca y se desarrolle este proceso, uniendo a los comunistas que hoy están dentro y fuera del Partido, sumando a todos los hombres y mujeres que se proponen esta profunda transformación, y creando un amplio marco de alianzas que impongan los cambios que Chile necesita.

Necesitamos para ello un Partido de Cuadros inserto absolutamente en las masas, cuyos dirigentes surjan del trabajo social, sindical y gremial, y cuenten con un amplio reconocimiento de las bases partidarias y del pueblo. Un Partido que recupere la honestidad y transparencia de los Comunistas, que sea el espejo en que se miren todos quienes deseen hacer la revolución en nuestro país, que no sea considerado un “pasador de máquinas” si no un guía, abierto a la crítica y la autocrítica, a la democracia interna, a la discusión enriquecedora, al trabajo del intelectual colectivo. Con unidad de acción, pero con diversidad de pensamientos y amplio espacio para la creación.

Hoy llamamos a todos los Comunistas de verdad a unirse en torno a esta iniciativa, que por ahora toma el nombre de Movimiento de Refundación Comunista, para asumir los sueños y las esperanzas de nuestros héroes, luchando con los trabajadores y el pueblo por transformar a nuestra patria desde lo más profundo y alcanzar así aquella sociedad justa y digna por la que dieron sus vidas.

Movimiento de Refundación Comunista
Julio de 2008


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